En la España de 1551 se empezó a fabricar el real de ocho, una moneda de veinticinco gramos y medio de plata, que marcó el inicio de una revolución económica que puede considerarse como la primera gran globalización.
La moneda del imperio donde no se ponía el sol
Con la caída de la Taifa de Granada en 1492, Castilla y Aragón unificaron España y, solo cinco años después, los reyes católicos dictaron la Pragmática de Medina del Campo con la que cambiaban los sistemas monetarios de ambos reinos por uno solo.
