Revisemos tres epidemias relacionadas con la mente, que se pueden manifestar con baile, con risa, incluso con alzhéimer; sin embargo, muy poco se habla de ellas.

La danza de la muerte
En julio de 1516 cierta mujer que respondía al nombre de Troffea salió a una calle de Estrasburgo y se puso a bailar. No había música ni razón para su alegría, pero ella continuó moviéndose de modo frenético durante tres días. Pronto, se le habían unido 34 personas y, al finalizar el mes, casi cuatrocientas. Ninguna atendía a la razón y ni la ley era capaz de frenar las contorsiones.
Lejos de estar en fiesta, la ciudad se hundía en el luto: danzantes, desfallecidos, caían por el infarto o la desesperación y, según los registros municipales, quince no lograron salir con vida de la jarana.