
La Semana de Arte Moderno transcurrió entre el 10 y el 17 de febrero de 1922 en el Teatro Municipal de São Paulo y contó con exhibiciones de arte, charlas, conciertos y lecturas de poesía organizadas por artistas brasileños. Las vanguardias artísticas fueron/son procesos colectivos entreverados. No se las puede aislar en una figura individual ni en un período (peor una sola fecha). Al momento de la reunión de 1922, por ejemplo, los procesos todavía estaban desplegándose.
Hay un dibujo sencillo de la artista Anita Malfatti que sintetiza mucho de lo que se pudiera decir aquí. Es un retrato del Grupo de los cinco, hecho en el mismo 1922. Ahí aparece la autora del dibujo, desparramada sobre un diván, durmiendo; Mario de Andrade y Menotti Del Picchia están acostados sobre una alfombra en el piso (quizás De Andrade presume de que, hasta mientras duerme, reflexiona sobre temas importantes); en cambio, Oswald de Andrade y Tarsila do Amaral comparten un dueto romántico en el piano. Cansancio y vitalidad. Vitalidad y cansancio. Así se puede entender a las vanguardias. Un esfuerzo agotador por cambiar la vida. ¿Lo lograron?
El famoso compositor Heitor Villa-Lobos estuvo en la Semana de Arte (fue abucheado y, debido a una infección en el pie, se presentó con una pantufla, que el público tomó como parte del escándalo); el artista Emiliano di Cavalcanti diseñó el arte del catálogo de la muestra. Otra presencia importante fue la de Vicente do Rego Monteiro, un artista interesado en involucrar el arte precolombino y las leyendas de los primeros encuentros entre europeos e indígenas a formatos plásticos nuevos.