En octubre de 2019 Arturo Castañeda Vera, de 62 años, ingresó a la Lista de Espera Única Nacional, para recibir un trasplante de hígado. Su esposa, Martha Rodríguez, recuerda que ella y su familia mantenían la ilusión de que para esa Navidad apareciera un donante.
Pero dos años después, en octubre 2021, el hombre seguía sin acceder a esa nueva oportunidad de vivir. Por la pandemia, las unidades de cuidados intensivos (UCI) colapsaron, y apenas pudieron con los casos de covid-19. Así que todos los demás procedimientos dejaron de hacerse.
En 2019 se efectuaron 677 trasplantes en el Ecuador, pero en 2020, la cifra cayó a 207. Y hasta septiembre de este año se habían efectuado solo 237.
Patricio Ortiz dirige el Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, Indot. En la lista —apunta— constan 1742 pacientes. En la espera, en medio de las restricciones de la covid-19, han fallecido 148.
Por eso, se concentra en reactivar las cirugías, una vez que las UCI se han liberado, gracias a la vacunación, y además, en incentivar la cultura de la donación. En esa línea solicitó más empatía al Registro Civil al hablar del tema con quienes renuevan las cédulas.
“Si tu vida dependiera de que alguien te done un órgano para vivir, ¿lo aceptarías?”. Es la primera pregunta que deben hacer. La segunda: “¿Te has planteado la posibilidad de ser donante?”.
Ortiz, cirujano, especializado en trasplante hepático, fue alertado por una amiga, que le comentó que su hijo no mantuvo en la cédula la condición de donante porque en el Registro Civil el mensaje fue confuso.
Quizá por eso se redujo el porcentaje de población que acepta ser donante. Hasta 2020 era el 91 %. Pero este año bajó al 51 %.
