María Fabiola Tontaquimba responde al teléfono desde Peguche, parroquia rural de Otavalo. Confecciona todo tipo de artesanías como bufandas, bolsos, caminos de mesa, individuales y fajas de algodón.
Para ella, las consecuencias de la pandemia fueron fatales: hace meses falleció su esposo Luis Conejo debido a un cáncer; quien también era tejedor. Además, quedó sola con sus nueve hijos y sin poder vender sus mercancías, cuenta con su voz ligeramente quebrada.
Como una de tantas artesanas, se unió a Margara Alhalzer, Presidenta de Olga Fisch Folklore, para ejecutar todos los esfuerzos posibles y llevar sus productos a clientes, que mayormente abundan en redes sociales.
Esta galería se encargó en respaldar el trabajo de decenas de artesanos de todo el país para que sus creaciones volvieran a la luz y así se reactive el comercio para estos pequeños emprendedores.
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